Brown fine hair in ponytail

No estás solo: Mi experiencia con la rotura del cabello fino

El día que me di cuenta
No fue dramático; fue silencioso. Un halo de puntas rotas bajo la luz del baño. Me sentí pequeña. Me ajusté las coletas y me cepillé con más fuerza, pensando que el control me salvaría.

¿Qué lo empeoró?
Mascarillas pesadas que me quitaban el volumen. Calor excesivo. Elásticos que dejaban marcas y rompían los mismos extremos una y otra vez.

El punto de inflexión
Una simple frase de una amiga: "¿Y si más suave es más fuerte?" Empecé con pequeños cambios: lavaba como si tocara mi blusa de seda favorita, desenredaba con enaguas, dejaba que el aire se secara.

El ritual que se quedó
Dos días suaves a la semana. Una bruma de acondicionador sin enjuague, un peine de dientes anchos, una microgota de aceite en las puntas. Dormir sobre seda. Deja de disculparte con mi cabello por estar bien y empieza a escucharlo.

¿Qué cambió?
La ruptura se ralentizó. Pero lo más importante, la voz en mi cabeza también. No estaba rota; era delicada, y delicada no significa debilidad.

Tu turno
Si has estado aquí también, cuéntame tu historia. No estás solo; eres justo el tipo de persona suave que el mundo necesita.

Comparte tu historia conmigo: responde a esta publicación o envíame un mensaje directo a @cherefine. Te escucho.

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